INTERNOS:
Con la muerte de los Reyes Católicos se abre en 1516 un período nuevo en la historia de España: por primera vez las dos coronas de Castilla y Aragón están reunidas en la misma persona, Carlos V. Pero éste, llegado de Flandes (donde nació), llega a España con una actitud extranjerizante, viéndola como un territorio del que obtener dinero y obligando a imponer un tributo y financiar su elección imperial. Las Comunidades se alzaron ante esta política del rey y la importancia que daba a su política exterior. Se genera así una guerra civil: la guerra de las Comunidades, en la que hay un intento de resistencia por parte de las ciudades al poder centralizador del emperador y una revuelta contra el mal gobierno extranjero (contra la presencia de extranjeros en los puestos clave del reino). Casi simultáneamente se produjo en la región levantina, Valencia y Baleares el alzamiento de las Germanías (comunidades valencianas) y de los forans mallorquines exigiendo reformas de orden económico y social. Los comuneros y agermanados, aunque coincidieron en su lucha, no se coordinaron y la nobleza, aliada con la Corona los aplastó.
EXTERNOS:
Como consecuencia de las pretensiones políticas y religiosas de Carlos I, los conflictos exteriores fueron constantes y numerosos, lo que generó enormes gastos militares, por lo que se redujo gran parte de la riqueza Castellana. Primero los franceses atacaron a España pero fueron derrotados en la batalla de Pavía, como consecuencia Carlos I incorpora el Milanesado y se hace prisionero al rey de Francia (Francisco I), pero firmándose el Tratado de Madrid según el cual Francia renuncia al milanesado. Entonces el Francisco I vuelve a su país, se alía con el papado y vuelve a declarar la guerra a Carlos I. Entonces se Carlos I envía tropas directamente a Roma (donde se encuentra el papa) y saquea la ciudad hasta que el papa se rinde. Más tarde también derrotará de nuevo a Francia, y se conseguirá la paz en Cambrai (1529). Más tarde los franceses vuelven a declarar la guerra a Carlos I pero esta vez aliados con los turcos. Aún así, Carlos I se alía con Inglaterra y los acaba derrotando de nuevo; y además incorpora temporalmente Túnez. Finalmente a partir de 1545 Carlos I se enfrenta contra los protestantes de su imperio, a los que acaba venciendo en Mühlberg en 1547; pero éstos más tarde acabarán recibiendo el apoyo de los franceses y acaba negociando la paz de Augsburgo (1555) con la que se reconoció la ruptura de la iglesia y con ello la existencia de dos religiones en su territorio, aunque los súbditos tenían que seguir la misma religión que su príncipe.
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Ánimo Judit, que aun te quedan muchas entradas por subir. Trabajalo más
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