miércoles, 2 de junio de 2010

La conversión de San Pablo

Este cuadro se pintó en 1600 por Caravaggio.
Se supone que un mediodía, de camino a otra ciudad, fue derribado por el caballo a través de una poderosa luz, al tiempo que la voz de Dios le preguntaba ¿por qué me persigues?".Él quedó ciego varios días y milagrosamente recuperó la vista. De esta forma le convirtió y adoptó el nombre de Pablo. En cambio, esta misma historia, Caravaggio nos la cuenta de una manera diferente. En primer lugar, la escena parece tener lugar en un establo, dadas las asfixiantes dimensiones del marco. El caballo es un percherón robusto y zafio, inadecuado para el joven. El ambiente es nocturno y no el del mediodía descrito en los escritos de San Pablo.
La luz irreal y masiva que ilumina de lleno a Pablo, pero no al criado.
La mole inmensa del caballo parece venirse encima del caído, que permanecía con los brazos abiertos.
Los ojos del muchacho están cerrados, pero su rostro no expresa temor sino que parece estar absorto en el éxtasis.
Siguiendo estas claves, Caravaggio nos desvela magistralmente la presencia de la divinidad en una escena que podría ser completamente cotidiana.

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